Desde hace aproximadamente 20 años, con la inserción de las TIC o sistemas inteligentes en la arquitectura, el concepto de edificio se ha envuelto en otra dimensión de creatividad, en la que tanto arquitectos como diseñadores realizan planteamientos completamente diferentes a los que se manejaban en épocas anteriores. Nunca antes había sido posible realizar estructuras tan espectaculares como las que se están llevando a cabo alrededor del mundo: superconstrucciones, obras de ingeniería y arquitectura de formas extrañas y sofisticadas, la mayor parte de las veces de dimensiones enormes, que se erigen como colosos del nuevo milenio.
No sólo el aspecto exterior de estas edificaciones es impresionante, ya que los cerebros que controlan cada uno de estos nuevos proyectos son sumamente sofisticados. Estas estructuras están centralmente automatizadas para optimizar su operación y administración en forma electrónica, es decir, cuentan con un cuarto de máquinas central que controla desde el acceso del personal y de los visitantes, hasta el alumbrado, climatización, bombas de agua o las alarmas contra incendios.
Muchas de estas edificaciones -que pueden considerarse como edificios inteligentes- utilizan sus propios recursos para mantenerse a sí mismas, es decir, son estructuras autosustentables cuyas soluciones formales, materiales y sistemas de cómputo permiten el ahorro sustancial de energía eléctrica, agua y combustible.
Todas ellas disponen de avanzados sistemas de comunicación, que además de permitirles a los usuarios tener acceso inalámbrico a la red de la compañía o al Internet, cuentan con sofisticados sistemas de cómputo que les permiten monitorear la oscilación y el balanceo producidos por algún movimiento sísmico. En algunos casos el sistema de cómputo de los edificios interacciona con un sistema de gatos hidráulicos en la infraestructura, que con pesos compensatorios en la superestructura, minimizan los movimientos telúricos. De esta forma los nuevos edificios pueden reaccionar en caso de desastre para proteger la vida de sus ocupantes.
Además de seguras, son los suficientemente avanzadas como para maximizar eficientemente el ambiente de confort para los ocupantes, ya que cuentan con: sistemas de interferencia electromagnética que funcionan como una coraza con la que evitan el ruido exterior; sistemas de sensores integrados a los vidrios o con vidrios dobles con productos químicos que oscurecen o aclaran sus superficies de acuerdo a la intensidad de la luz solar o según el gusto de los usuarios del edificio; sistemas de fragancias en diferentes intensidades y aromas para mejorar el ambiente; sistemas robóticos para el movimiento interno de entregas de correo, limpieza y trabajo de inspección y vigilancia. Todos estos sistemas, además de hacer más cómoda la vida al interior, permiten, sobre todo en el caso de los edificios de oficinas y centros de trabajo, un aumento en la productividad.
Estas nuevas edificaciones son el resultado de la fusión entre tecnología y arquitectura que esta revolucionando la manera de concebir y habitar el espacio, prueba de ello son:
El Estadio Olímpico Chino
Diseñado por los arquitectos Jaques Herzog y Pierre de Meuron. Una espectacular estructura cuya solución formal tiene una apariencia casi natural es el resultado de minuciosos y precisos cálculos estructurales que sin el uso de las nuevas tecnologías hubieran sido muy difíciles de resolver.
Este proyecto presenta una estructura tan compleja como singular, ya que fue resuelta a partir de cientos ramitas de concreto entrelazadas que semejan el nido de un pájaro. Entre cada una de las ramas de este nido habrá una serie de cojines inflables que le proporcionarán al estadio de 91,000 asientos y una imagen acolchada.
El Centro Nacional de Natación o Centro Acuático de Alta Tecnología en Beijing
Otra de las edificaciones inteligentes más espectaculares que se han realizado en esta primera década del siglo XXI. Este edificio, conocido popularmente como Watercube por su forma cúbica y color azulado- se desarrolló bajo el concepto de agua, pues la fuente de inspiración de sus diseñadores fueron las moléculas de este apreciado elemento.
Otra de las edificaciones inteligentes más espectaculares que se han realizado en esta primera década del siglo XXI es el Centro Nacional de Natación o Centro Acuático de Alta Tecnología en Beijing. Este edificio, conocido popularmente como Watercube -por su forma cúbica y color azulado- se desarrolló bajo el concepto de agua, pues la fuente de inspiración de sus diseñadores fueron las moléculas de este apreciado elemento.
El watercube es uno de los edificios más innovadores y sofisticados en lo que materiales para la construcción se refiere pues el recubrimiento que le da forma a la fachada es una resina de flúor llamada EFTE, hecha a partir de la combinación de etileno- fluor-tetra-etileno-. Este novedoso material se caracteriza por su ligereza, larga vida y gran resistencia a la tracción y a la presión. Según la empresa constructora, una capa de EFTE es del grosor de un papel pero resistente al peso de un automóvil. Otra particularidad de este material es que se limpia por sí sólo, ya que es un material membranoso repelente al agua, lo que permite que éste líquido resbale por la superficie sin dejar ningún rastro. De esta forma, el edificio se limpia de manera automática, ya que cuando llueve, las gotas de agua eliminan el polvo y la suciedad acumulada. El edificio contará con un sistema de acopio del agua de lluvias, que permitirá recuperar unas 10,000 toneladas de agua, las cuales se reciclarán para posteriormente utilizarlas dentro de las mismas instalaciones deportivas.
Por: Valentina Olmedo
octubre 24, 2009
octubre 20, 2009
Shanghai Center Tower / Gensler
Dentro de poco comenzarán las obras de lo que será el segundo rascacielos más alto del mundo después de la torre Burj Dubai. Estamos hablando de Shanghai Center, un rascacielos de más de 600 metros de altura y 127 pisos que se comenzará a construir en Shanghai en diciembre próximo.
El edificio, diseñado por la firma estadounidense Gensler completará el trío de grandes construcciones que, separadas por apenas unas decenas de metros, coronarán el distrito financiero de Lujiazui allá por el 2014.
La torre se sitúa dentro de un parque público, con un anfiteatro abierto para los acontecimientos cívicos y públicos. La torre de Shangai incorporará los últimos sistemas sostenibles de diseño y energías renovables lo que le permitirá mantener un eficiente consumo de energía.
El edificio, diseñado por la firma estadounidense Gensler completará el trío de grandes construcciones que, separadas por apenas unas decenas de metros, coronarán el distrito financiero de Lujiazui allá por el 2014.
El diseño de la torre, que a algunos recuerda a la antorcha olímpica de los pasados juegos Olímpicos de Pekín, armonizará con los dos edificios adyacentes, la Torre Jin Mao y el Centro Financiero Internacional Shangai Hills.
La propuesta de Gensler, concebida como una “Ciudad Vertical”, contará con un diseño de doble fachada que formará espacios concéntricos, lo que dará lugar a atrios descubiertos. Para ello, la fachada exterior tendrá una base triangular, que irá rotando progresivamente según evolucione en altura, para terminar en una forma exterior con techo abierto.
Al igual que sus dos predecesores y que la cercana torre de televisión Perla de Oriente, la nueva construcción tendrá un mirador turístico en su parte más alta. El edificio también incluye nueve atrios ajardinados y espacio para oficinas, viviendas, tiendas de alta gama y lugares de ocio.La torre se sitúa dentro de un parque público, con un anfiteatro abierto para los acontecimientos cívicos y públicos. La torre de Shangai incorporará los últimos sistemas sostenibles de diseño y energías renovables lo que le permitirá mantener un eficiente consumo de energía.

octubre 18, 2009
Estados Unidos dona US$ 800.000 para preservar complejos arqueológicos
La donación fue anunciada hoy en el Centro Cultural Inca Gracilazo por parte del embajador estadounidense en Lima, Michael McKinley.
La embajada de Estados Unidos en Lima anunció hoy la donación de 861.600 dólares para la preservación de tres proyectos arqueológicos en Perú, siendo el sitio arqueológico de Caral (unos 160 kilómetros al norte de Lima) el principal beneficiado, con un total de 800.000 dólares.
La donación, que se hizo a través de un concurso público, fue anunciada hoy en el Centro Cultural Inca Garcilaso, de la cancillería peruana, por parte del embajador de EE.UU., Michael McKinley, y el canciller peruano, José Antonio García Belaúnde.
Ambos destacaron la importancia del complejo arqueológico de Caral, que el próximo 30 de octubre cumple 15 años desde su descubrimiento.
La ciudad de Caral, con una antigüedad de 5.000 años, está considerada como el conjunto urbano más antiguo de América y es una muestra del alto grado de desarrollo de las culturas precolombinas, que las pone al nivel de las que en su época se desarrollaban en Egipto, Mesopotamia y China, señaló McKinley.
La donación fue anunciada hoy en el Centro Cultural Inca Gracilazo por parte del embajador estadounidense en Lima, Michael McKinley.
La directora del Instituto Nacional de Cultura, Cecilia Bákula, también presente en el acto, recordó que los hallazgos que continuamente se hacen en Caral y su entorno obligan a la arqueología a plantearse "nuevas comprensiones" de lo que fue el pasado prehispánico y la importancia de las culturas de la costa peruana, y no solo las de la sierra.
Además de Caral (que desde junio pasado ha sido incluido por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad), han resultado beneficiados con donaciones menores la fortaleza de Kuelap (40.000 dólares) y la ciudad de Ayacucho, en ambos casos para proteger los artefactos arqueológicos que se van descubriendo entres sus ruinas.
Las ayudas del llamado "Fondo del embajador para la preservación y la cultura", establecido por el Congreso estadounidense y otorgado a través del Departamento de Estado, se conceden a través de un concurso público para proyectos de todo el mundo, y Perú es hasta el momento el país más beneficiado, con algo más de 1.120.000 dólares en distintos proyectos.
La ayuda de 800.000 dólares a Caral constituye la mayor otorgada por este "Fondo del embajador" hasta la fecha.
-EFE-
La embajada de Estados Unidos en Lima anunció hoy la donación de 861.600 dólares para la preservación de tres proyectos arqueológicos en Perú, siendo el sitio arqueológico de Caral (unos 160 kilómetros al norte de Lima) el principal beneficiado, con un total de 800.000 dólares.
La donación, que se hizo a través de un concurso público, fue anunciada hoy en el Centro Cultural Inca Garcilaso, de la cancillería peruana, por parte del embajador de EE.UU., Michael McKinley, y el canciller peruano, José Antonio García Belaúnde.
Ambos destacaron la importancia del complejo arqueológico de Caral, que el próximo 30 de octubre cumple 15 años desde su descubrimiento.
La ciudad de Caral, con una antigüedad de 5.000 años, está considerada como el conjunto urbano más antiguo de América y es una muestra del alto grado de desarrollo de las culturas precolombinas, que las pone al nivel de las que en su época se desarrollaban en Egipto, Mesopotamia y China, señaló McKinley.
La donación fue anunciada hoy en el Centro Cultural Inca Gracilazo por parte del embajador estadounidense en Lima, Michael McKinley.
La directora del Instituto Nacional de Cultura, Cecilia Bákula, también presente en el acto, recordó que los hallazgos que continuamente se hacen en Caral y su entorno obligan a la arqueología a plantearse "nuevas comprensiones" de lo que fue el pasado prehispánico y la importancia de las culturas de la costa peruana, y no solo las de la sierra.
Además de Caral (que desde junio pasado ha sido incluido por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad), han resultado beneficiados con donaciones menores la fortaleza de Kuelap (40.000 dólares) y la ciudad de Ayacucho, en ambos casos para proteger los artefactos arqueológicos que se van descubriendo entres sus ruinas.
Las ayudas del llamado "Fondo del embajador para la preservación y la cultura", establecido por el Congreso estadounidense y otorgado a través del Departamento de Estado, se conceden a través de un concurso público para proyectos de todo el mundo, y Perú es hasta el momento el país más beneficiado, con algo más de 1.120.000 dólares en distintos proyectos.
La ayuda de 800.000 dólares a Caral constituye la mayor otorgada por este "Fondo del embajador" hasta la fecha.
-EFE-
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